sábado, 10 de abril de 2010

Rosario ciudad logística 2020. Por Raúl Negri

Rosario debe ser cabeza de una plataforma logística regional

Para el desarrollo de esta idea es determinante partir de aunar esfuerzos de los sectores públicos y privados, tanto en el plano de inversiones como el de concientización de la sociedad en su conjunto acerca de la importancia de la logística como herramienta de desarrollo económico y social; la actividad logística es generadora de mano de obra; atrae inversiones tanto locales como nacionales e internacionales y es, además una industria limpia.
Un claro ejemplo de esto es Montevideo,o Barcelona que hicieron de la industria logística su principal ingreso y un motor importantísimo para el desarrollo de la ciudad y sus alrededores.
Fundamentacion:
Un hecho notorio del comercio exterior es la globalización de los mercados como consecuencia de los avances en las tecnologías y en las comunicaciones, lo que resulta en que estén están cada vez mas intercomunicados tendiendo a conformar un solo gran mercado mundial,que ha pasado a constituir el lugar de venta de todo producto, de todo bien, o derecho patrimonial transferible.
Esta tendencia aparece hoy con gran fuerza, disminuyendo la trascendencia del mercado nacional frente al mercado global; teniendo este hecho como consecuencia directa un incremento de la importancia del comercio internacional, jugando las ventajas competitivas de los países y sus distintos sectores de actividad un rol fundamental en la definición de los flijos comerciales.
En este contexto, la visión de Rosario como centro logístico de transferencia y distribución regional, se debe basar en una serie de pilares que tiendan a potenciar nuestras ventajas competitivas.
Enumeraremos algunas las ventajas con que cuenta la ciudad Rosario y sus localidades vecinas, que disponen de parques industriales y verán mejorar el movimiento de mercaderías e insumos hacia y desde los mercados internacionales.

Datos económicos

El área metropolitana de Rosario esta constituida por las siguientes localidades: Rosario – Granadero Baigorria – Fray Luis Beltrán – Capitán Bermúdez – San Lorenzo – Puerto General San Martín – Funes – Roldan – Pérez – Soldini – Villa Gobernador Gálvez.
Esta región metropolitana cuenta con una superficie de 582 km2 y concentra el 40% de la población provincial.Genera el 60% del producto bruto provincial y el 5% del nacional.
Alberga al 43% de los establecimientos industriales de la provincia de Santa Fe concentrando el 53% del empleo provincial
Por sus terminales portuarias salen mas del 70% de las exportaciones agroindustriales de nuestro país, contando con el complejo portuario agroexportador mas importante de la argentina y uno de los mas grandes y eficientes del mundo, con un frente fluvial de 60 Km. y con un dragado de 34 pies mas los 2 de seguridad que permiten el ingreso y carga de barcos de aproximadamente 50000 ton.
Mas especificamente: la ciudad de Rosario como polo logístico reune algunos datos y características que nos permiten vislumbrar una gran oportunidad para lograr el objetivo.
La ciudad cuenta con una superficie de 178 km2 que representa un tercio aproximadamente de su región metropolitana, esta ubicada sobre el margen derecho del rió Paraná sobre el escalón fluvio – marítimo que divide la navegación de cabotaje de la internacional. En la ciudad de Rosario los muelles de su puerto se encuentran paralelos al canal principal Emilio Mitre lo cual permite el ingreso de buques sin necesidad de usar remolcadores esto hace que el costo para la operatoria de los barcos sea mas económico que en otras terminales del país.
Rosario cuenta con 9 accesos viales nacionales 3 de los cuales son autopista, puente vial con acceso a la localidad entrerriana de Victoria,Aeropuerto internacional, 3 depósitos fiscales, 2 terminales portuarias que ostentan una insfraestructura que le permite manipular tanto carga generales como graneles y donde la terminal de cargas generales posee cámara de frió, playa para contenedores y enchufes para equipos refeers. A dichas terminales se accede por medio ferroviario las 4 redes existentes en nuestro país.
Tomando en consideración lo enumerado en los párrafos anteriores, debe visualizarse a la zona metropolitana de Rosario como un epicentro del gran Hinterland productivo e industrial que hoy todavía no está explotado en toda su magnitud.
El posicionamiento actual y el deseado como polo logístico surge de la necesidad de los diferentes sectores productivos y la mejora constante de sus cadenas logísticas para competir mejor y acceder a nuevos mercados mundiales, según los nuevos conceptos surgidos luego de la crisis del 2008: llegar al cliente causando el menor impacto ambiental, en la cantidad requerida, al lugar convenido, con el menor costo total y en el tiempo estipulado para sastifacer la necesidad del consumidor en el mercado objetivo, justo a tiempo y con calidad total
Es necesario convertir a Rosario en un destacado centro de know now logístico,con una filosofía de incorporación continua de nuevos servicios e infraestructuras adecuadas,que marquen diferencia positivas y potencien la producción de las regiones centro, noa, nea y cuyo.
Objetivo general:
Es el desarrollo y la transformación logística con una perspectiva internacional de la denominada región metropolitana y el hinterlanland mencionado, convirtiendo a Rosario en la cabeza del mismo.
Para lograr el objetivo y como hemos referenciado en párrafos anteriores, hay que comprometer a todos los colectivos empresarios que participen en la cadena logística así como a los usuarios y al sector político, con una misión en común de fomentar la actividad logística de la zona metropolitana del gran Rosario y su Hinterland entendiendo a Rosario como un hub cabezal.
Para poder emprender este camino hacia el futuro debemos evaluar la oferta existente en materia de logística y examinando los procedimientos de las cadenas de los diferentes sectores industriales evaluar cuales segmentos de las mismas encuentran inconsistencias y cuales pueden ser atendidas con un mayor nivel de eficiencia en términos de competitividad.
De hecho se trata de entender la demanda presente y proyectar la demanda futura imaginando a Rosario como un gran polo logístico.
La suma de elementos de insfraestructura, acciones y actores debe situar a Rosario en el corto y mediano plazo como una de las capitales de la logística.
Primeros pasos:

Convocatoria de todos los actores intervinientes en las cadenas logísticas de la provincia
Elaboración de un plan estratégico por etapas
Análisis de oferta y demanda de servicios
Reactivación del aeropuerto local
Difusión y promoción del puerto local
Enumeración de las obras viales necesarias
Creación de una zona actividades logísticas en vez de parque industrial en la ciudad de Rosario
Reforma tributaria no solo ven materia de transporte sino también en materia de inversiones en materia logística
Rosario ciudad de futuro
Estas reformas son necesarias ya que la actividad logística esta sometida a estrictas condiciones de competitividad en cuanto a precio y servicios
Las nuevas condiciones provocaran una serie de impactos positivos y cuantificables no solo en el entorno comercial sino también sobre la economía santafesina
Los efectos económicos de las inversiones en materia logística son muy importantes, se concentran y no se dispersan, de manera que los efectos de la internacionalización de la ciudad de Rosario y zona metropolitana producirán sinergias positivas sobre la economía de la ciudad.
Esta idea permitirá que Rosario pueda atender, con eficiencia y agilidad, las necesidades del transporte, distribución y logística en general de sus clientes, convirtiéndose en un polo que garantice la competitividad de los sectores productivos de la región y su Hinterland.
Rosario y su región tienen la posibilidad de reinventarse y demostrar al mundo que el crecimiento es forjado por el esfuerzo de sus funcionarios y empresarios que apuestan a esta idea
Rosario será sinónimo de energía, de fuerza, de modernidad, respetando su tradición y cultura de autentica ciudad con proyección internacional.

martes, 6 de abril de 2010

Universidades, desarrollo y protección ciudadana.Desarrollo de infraestructuras metrológicas

por Rudy GRETHER, Ingeniero en construcciones y Alejandro P. BIGOT, Ingeniero Industrial.Magister en Desarrollo Económico Local.

La necesidad de desarrollar adecuadas infraestructuras nacionales de calibración y ensayos se explica por razones tanto sociales como económicas. En primer lugar, la protección ciudadana por medio de reglamentaciones públicas de seguridad, cuya aplicación demanda la intervención de laboratorios de ensayo especializados. En el plano económico, la conformidad a normas técnicas aparece como factor clave de acceso a mercados. Desde las certificaciones de producto, hasta las ampliamente difundidas certificaciones de calidad y gestión ambiental, todas requieren de la participación de laboratorios de calibración y de ensayos.
Las Universidades nacionales argentinas muestran un considerable potencial humano y material en condiciones de aportar al desarrollo de las infraestructuras metrológicas. A su vez, la organización del Sistema Nacional de Normas, Calidad y Certificación reconoce al sector científico-tecnológico entre sus elementos constitutivos, siendo las instituciones de la Educación Superior actores fundamentales del sector indicado.
La actividad de los laboratorios universitarios de calibración y ensayos se inscribe dentro del marco más amplio de la vinculación tecnológica, reconocida como una de las misiones centrales de las Universidades. Por lógica, sigue entonces sus mismos principios orientadores de doble vía: generación de contribuciones socioeconómicas de claro impacto, asegurando pertinencia del producto universitario, basada en la lectura, autónoma y crítica, del contexto. En tanto agentes tecnológicos, los laboratorios universitarios aportan sustancialmente a los procesos de valorización de la investigación, generando expertise por interacción con actores externos.
El presente trabajo analiza el proceso de integración de laboratorios universitarios al Sistema Nacional de Normas, Calidad y Certificación en la Argentina.
Institucionalidad de la normalización y la metrología en la Argentina.
La conformidad a normas técnicas aparece como factor decisivo para el desarrollo de las comunidades, entendidas éstas como tramas de actores sociales y económicos interrelacionados. En respuesta a esta problemática, el Sistema Nacional de Normas, Calidad y Certificación expresa una decisión política del Estado Argentino dirigida al fomento de la competitividad y el desarrollo nacional. Creado a partir del Decreto 1474/94, el Sistema Nacional constituye el instrumento organizacional orientado al desarrollo de la normalización y la gestión de calidad entendidas herramientas sustanciales para el fortalecimiento de los sectores productivos. Este esquema se estructura en dos instituciones centrales, una dedicada a la normalización, y la otra a la acreditación de organismos de certificación y de laboratorios de calibración y ensayos. En la aplicación del citado decreto, como producto de una audiencia pública el IRAM fue reconocido oficialmente como el instituto nacional de normalización, tras seis décadas de trayectoria institucional como organización no gubernamental. Preservando su carácter de organización civil, el IRAM se convirtió de esta forma en el organismo único de normalización en la Argentina, como parte de una nueva estructura pública concebida para el fomento de la competitividad. Contrariamente a la normalización, la acreditación no contaba con instituciones previas. Así, en 1995 fue creado el Organismo Argentino de Acreditación (OAA). De esta forma, la Argentina llevó a su ámbito nacional las figuras institucionales reconocidas en el plano internacional, resolviendo así la articulación externa de sus mecanismos de normalización y evaluación de la conformidad. Ambos organismos registran una considerable participación de actores universitarios, principalmente a través de la intervención de expertos en los comités de normalización para el caso del IRAM, y a través de laboratorios acreditados para el caso del OAA.
Relevancia académica y social de los laboratorios universitarios.
En términos de competencias, el sistema universitario argentino cuenta con laboratorios especializados en áreas tales como agronomía y vegetales, construcciones, electricidad y electrónica, química, mecánica, medio ambiente y microbiología, de acuerdo a los criterios de clasificación comúnmente utilizados en el campo de la acreditación. Dentro de las Universidades a las que pertenecen, los laboratorios realizan aportes sustanciales a los procesos de gestión del conocimiento, formando parte de las infraestructuras académicas necesarias para el desarrollo de las formaciones de grado y posgrado. Sin embargo, las experiencias de acreditación de carreras de grado en campos tales como las ingenierías o la agronomía no mostraron consistencia técnica en la consideración de los laboratorios dentro del contexto de la formación. En efecto, los criterios aplicados por la agencia paraestatal de acreditación ignoraron en la práctica la existencia de normas internacionales de reconocimiento de competencia técnica para laboratorios de calibración y ensayos, desaprovechándose la oportunidad de promover el uso de exigentes estándares internacionales específicamente formulados para unidades de ese tipo. No debe dejar de observarse que, en tanto prestadores de servicios tecnológicos especializados, los laboratorios universitarios aportan a los procesos de gestión y valorización del conocimiento, generando expertise basada en la interacción con actores externos. Estas prácticas se vinculan estrechamente con el principio de pertinencia de la educación superior. Las interpretaciones contemporáneas del concepto de innovación definen a ésta como el producto de procesos circulares resultantes de la interacción entre actores. De forma similar, la pertinencia representa algo más que una actitud de respuesta a demandas. Desde este punto de vista, innovación y pertinencia se producen si existen fuertes lazos de articulación interinstitucional. Al respecto, Brovetto sostiene que “la universidad es una institución que pertenece a la sociedad, a cuyas demandas y necesidades debe responder. No obstante, la pertinencia no representa meramente una respuesta pasiva, una actitud receptiva y una réplica mecánica a las demandas. Si la universidad sólo se limitara a recoger lo que la sociedad declaradamente requiere en términos de conocimientos y formación técnica y académica, si se redujera a una expresión instrumental, dejaría de cumplir la primordial función crítica y transformadora de la realidad -inherente al conocimiento- y dejaría de generar, desde la oferta creativa y educativa, nuevas y diversas demandas sociales. En consecuencia, no sólo actúa en forma pertinente la universidad cuando responde eficazmente a las demandas externas, sino cuando se plantea como objeto de investigación a ese entorno, entendido en el sentido más amplio posible.”
Las reflexiones de expertos acerca del concepto de pertinencia ponen particular énfasis en la integración de las Universidades en los denominados sistemas nacionales de innovación. Sin embargo, no es frecuente encontrar referencias valorativas acerca de la participación universitaria en los procesos de normalización técnica y evaluación de la conformidad, aún cuando estos impactan decisivamente en las economías del mundo, tal como fue señalado anteriormente.
Laboratorios universitarios y desarrollo de las regiones.
En la "Declaración sobre la Educación Superior en América Latina y el Caribe" (Paris, 1998), la UNESCO alerta sobre un “horizonte oscurecido por la pobreza, el desempleo, la desigualdad en el acceso a la salud y a la educación, la violencia y la destrucción del medio ambiente, lo que constituye una seria amenaza para la cohesión social.”
Precisamente respecto del desempleo, las realidades económicas muestran que las pequeñas y medianas empresas aportan decisivamente a la demanda de empleo. Por otra parte, la realidad también indica que este segmento de las economías es aliado natural de las Universidades públicas y sus propósitos de impacto social y democratización del conocimiento, actualmente renovados desde el enfoque del desarrollo endógeno y su creciente influencia sobre las políticas públicas. La integración sistemática de las Universidades como parte activa de las redes de actores para el desarrollo de los territorios ocupa un espacio creciente en las agendas de la educación superior. Al respecto, Boisier define al desarrollo como la propiedad emergente de un sistema territorial complejo. Desde esta perspectiva, el aporte del sector del conocimiento adquiere un valor central.
En relación al tema específico del presente trabajo, si la adaptación a normas técnicas constituye un factor de competitividad territorial, las organizaciones vinculadas adquieren una importancia particular en términos de densidad institucional: organismos de certificación; laboratorios metrológicos; institutos científicos y tecnológicos; centros de formación y capacitación; consultores; gobierno local; agencias de desarrollo. Desde perspectivas complementarias, las instituciones citadas interactúan con las empresas locales en la construcción de procesos de gestión de calidad. En tales contextos, la acreditación de los laboratorios universitarios de calibración y ensayos localizados en cada región representa un valioso activo territorial para el desarrollo fundamentalmente de la pequeña y mediana industria. Lo planteado no excluye de ninguna forma a los vínculos con compañías de gran escala. La experiencia registra casos de vínculos del tipo señalado, los que sin dudas representan valiosas oportunidades de asistencia técnica. Pero lo que pretende enfatizarse es la debilidad del sector pyme (pequeñas y medianas empresas) ante la ausencia de adecuadas infraestructuras regionales de apoyo tecnológico. En efecto, para el segmento pyme existen soluciones metrológicas que sólo resultarían factibles en condiciones de asociatividad, dado que la adquisición de equipamiento de calibración plantea, en no pocos casos, asimetrías de escala. Si bien las demandas de trazabilidad logran resolverse técnicamente, las capacidades operativas con frecuencia superan los requerimientos y las frecuencias de uso. En la búsqueda de soluciones cercanas al óptimo, la coordinación público-privada aparece como factor decisivo, incluidas las Universidades técnicamente capaces de realizar aportes efectivos.
Como ejemplo representativo de recursos metrológicos genéricos, las Máquinas de medir coordenadas (MMC) permiten medir características geométricas tridimensionales de toda clase de piezas. La determinación efectuada sobre cada objeto de conformación compleja se basa en la utilización de elementos primarios simples, tales como puntos, líneas, planos, círculos, cilindros, conos, esferas y toroides. A partir de estos elementos, el equipo realiza la medición completa de la pieza, utilizando transductores aplicados a la conversión de medidas físicas en señales eléctricas, luego procesadas por computadora.
El uso de este tipo de equipos resulta de alta relevancia para una adecuada gestión de la calidad de los productos manufacturados, por cuanto aporta referencias cuantitativas precisas acerca de la relación efectiva entre tolerancias de diseño y resultados de fabricación. Al respecto, cabe señalar que el uso de MMC aporta una solución de impacto decisivo en la medición de geometrías tanto simples como complejas.
El acceso a MMC es altamente requerido por la industria metalmecánica, incluyendo a las pequeñas firmas del sector, proveedoras de industrias de mayor escala o de piezas de recambio. Para citar un ejemplo claro referido al sector de autopartes, pueden considerarse los requerimientos de medición de distancias entre centros de los cilindros, para el caso de un block de motor. La distancia entre ejes, la perpendicularidad respecto al eje del cigüeñal y las condiciones de paralelismo supondrían dificultades de medición utilizando instrumentos convencionales. Por medio de métodos computacionales, la medición de tales magnitudes se ve claramente facilitada utilizando una MMC.
Las referencias expuestas aportan una simple descripción introductoria acerca de la utilización de MMC. Sin embargo, su adopción real supone la consideración de factores de escala y factores económicos. En efecto, las inversiones asociadas a la adquisición de esta clase de equipos metrológicos resultan desproporcionadas a la escala pyme. El costo promedio para una MMC alcanza una cifra aproximada a los U$S 40.000. A su vez, la instalación de esta clase de equipos demanda inversiones de infraestructura adicionales, dado que su funcionamiento requiere del control de los parámetros ambientales de presión atmosférica, humedad y temperatura, por medio de sensores y dispositivos especiales. Luego, deben estimarse los costos asociados a la contrastación con patrones. La capacitación y remuneración de los operadores debe asimismo computarse en términos de costos. Pero debe aclararse que no se trata de obstáculos económicos, dado que numerosos fondos de ayuda permiten resolverlos, sino fundamentalmente de razones de escala explicadas por la racionalidad técnica.
Otro ejemplo. La utilización de juegos de bloques calibradores es tarea esencial en el campo de la metalmecánica. Se trata de piezas metálicas de dimensiones patronizadas para la contrastación de instrumentos de medición de magnitudes de longitud, ampliamente utilizados en la fabricación de equipos y componentes mecanizados. Si bien el costo de estos bloques es marcadamente inferior a la presentada para el ejemplo anterior, tampoco en este caso las demandas de uso en pequeñas industrias justifican adquisiciones individuales. Aún cuando los ejemplos expuestos corresponden a calibraciones, para casos de ensayos el planteo de fondo es idéntico. En esta línea de análisis, la frecuencia de uso de los equipos metrológicos debe formar parte de todo estudio de oferta y demanda que un laboratorio universitario decida realizar para proyectar adecuadamente su actividad de servicios tecnológicos.
Desde la perspectiva de las Universidades, se trata de participar de entramados de organizaciones y recursos humanos, siguiendo el concepto de densidad institucional sostenido por North, en total coherencia con la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI (Unesco, Paris, 1998) cuando sostiene que la pertinencia de la educación superior debe evaluarse en función de la adecuación entre lo que la sociedad espera de las instituciones y lo que éstas hacen, lo cual requiere normas éticas y una mejor articulación con los problemas de la sociedad y del mundo del trabajo.
La actuación de los laboratorios tecnológicos universitarios representa un punto de articulación entre Universidades y entornos socioproductivos. Interpretado desde un sentido regional, el concepto de pertinencia se manifiesta en la integración de las Universidades como parte de entramados de actores locales en continua interacción. Para el caso, los perfiles productivos de los territorios determinan la demanda de servicios tecnológicos, configurando un mercado local especializado. La participación universitaria en el segmento de oferta debe entonces adecuarse selectivamente a aquellos requerimientos de calibración y ensayos para los cuales la Universidad ocupa posiciones de liderazgo, asegurando paralelamente un claro impacto de la prestación de servicios sobre los procesos de gestión del conocimiento.
El concepto de acreditación de laboratorios.
Convencionalmente, la acreditación se define como el reconocimiento formal que hace una tercera parte de que un organismo cumple con los requisitos especificados y es competente para desarrollar tareas específicas de evaluación de la conformidad1. Este reconocimiento se expresa a través de una declaración de competencia.
A su vez, a nivel del OAA se encuentran definidos seis tipos de servicios de evaluación de la conformidad: laboratorios de calibración; laboratorios de ensayo; laboratorios clínicos; organismos de certificación de sistemas de gestión; organismos de certificación de productos, organismos de certificación de personas y organismos de inspección. El resultado de la acción de cada uno de estos servicios definidos se identifica como declaración de conformidad.
Entre otros aspectos, cabe subrayar que la acreditación de laboratorios de calibración y ensayos representa una mejora cualitativa para toda economía manufacturera. Para citar un ejemplo concreto y actual, las certificaciones ISO 9000 (clave de mercado para un importante número de empresas argentinas) requieren de servicios de calibración que aseguren trazabilidad para los instrumentos utilizados en los procesos de producción, además de servicios de ensayos para materias primas, productos en curso de elaboración o productos terminados. Otro ejemplo claro está dado por las necesidades de certificación de productos vinculadas a exigencias comerciales nacionales o internacionales. En todos estos casos, aparecen exigencias de conformidad a normas técnicas, demandando la acción de laboratorios acreditados bajo los estándares internacionales. Tal como fue señalado anteriormente, la competitividad económica es sólo una de las partes del problema. Principalmente, la protección del interés público demanda la acción de los laboratorios, en lo referido a la aplicación de regulaciones (resoluciones sobre seguridad en materia de productos y servicios).
El papel del OAA en la aplicación de regulaciones.
La división conceptual entre campo voluntario y campo regulado se refleja asimismo en los perfiles de actuación del OAA. Por un lado, el enfoque expresado a través del Decreto 1474/94 se vincula estrechamente con la lógica competitiva propia del campo voluntario. Sin embargo, la evolución posterior del Sistema Nacional proyectaría la actividad del OAA hacia el campo regulado, dando por resultado el actual desdoblamiento de los espacios de actuación del organismo.
En la Argentina, la problemática de la administración de reglamentaciones públicas reconoce una amplia multiplicidad de organismos de control y ámbitos territoriales de aplicación. En este marco, el vínculo efectivo entre autoridades de aplicación y entidades de acreditación plantea una experiencia relativamente novedosa en la Argentina. Hasta el momento, los acuerdos de trabajo conjunto entre el OAA y autoridades de aplicación de reglamentaciones alcanzan a los siguientes segmentos regulados: cementos, juguetes, aceros para la construcción, productos eléctricos de baja tensión, elementos de protección personal, artefactos eléctricos para gas, autopartes de seguridad, componentes para bicicletas y control (sólo para un estado provincial) de efluentes, sólidos contaminantes y emisiones gaseosas.
Lo expuesto sintetiza la forma en que el OAA se posiciona doblemente, tanto en el campo voluntario como en el campo regulado. Este proceso bifronte explica la dinámica de crecimiento observada para el organismo, desde su puesta en marcha en 1995. La referencia al campo regulado adquiere una especial significación para el caso analizado, por cuanto la fuerza impulsora que originó la mayor parte de las acreditaciones de laboratorios universitarios en el OAA tuvo su origen en la posibilidad de abrir nuevos frentes de actividad vinculados a la aplicación de regulaciones.
La experiencia argentina de acreditación de laboratorios universitarios.
Las Universidades argentinas muestran importantes antecedentes en el campo de los servicios de calibración y ensayos. Durante décadas, las instituciones universitarias desarrollaron estructuras de laboratorios orientadas a objetivos específicos de formación y servicios tecnológicos. Se trató indudablemente de valiosos esfuerzos puntuales asociados a políticas focalizadas, los que permitieron alcanzar una sólida base para desarrollos futuros. En este sentido, las perspectivas de evolución deben concebirse en estrecha relación al desarrollo institucional que el país está impulsando en este campo.
La presencia universitaria en el OAA es especialmente importante para el desarrollo integrado del Sistema Nacional. Un conjunto de laboratorios universitarios se ha puesto a la vanguardia de este proceso, logrando acreditaciones bajo ISO 17025 en diversas áreas. Desde la primera acreditación lograda por un laboratorio universitario en el año 2000, la participación de las Universidades en el OAA ha registrado un crecimiento sostenido, alcanzando actualmente la cantidad de quince laboratorios, la mayoría de ensayos y sólo uno de calibración, lo que equivale a una proporción que supera el 12% del total de unidades acreditadas por el organismo (públicas y privadas).
La Universidad Tecnológica Nacional inició el proceso a través de la acreditación obtenida por el Área de Servicios y Transferencia de Tecnología (CECOVI - Facultad Regional Santa Fe) para ensayos en hormigones. A esta primera experiencia siguieron otras, totalizando un conjunto de nueve laboratorios acreditados, lo que convierte a la UTN en la institución que mayor actividad ha desplegado en el campo de la acreditación de laboratorios tecnológicos. Es de destacar que la UTN es la única Universidad argentina que, además de caracterizarse por su extendida presencia territorial, cuenta con un programa formalizado de acreditación de laboratorios, coordinado desde su Rectorado2. La especial relevancia dada al tema se refleja claramente en los resultados.

Desde su campo de actuación, las Universidades muestran un considerable potencial humano y material en condiciones de aportar al desarrollo de las infraestructuras de calibración y de ensayos, entendiendo que la fortaleza institucional del Sistema Nacional de Normas, Calidad y Certificación impacta directamente sobre la actividad productiva y la aplicación de regulaciones.
En conclusión, el desarrollo de los laboratorios universitarios de calibración y ensayos genera un doble impacto, sobre el contexto socioeconómico, y sobre los procesos de gestión del conocimiento. Más aún, ambas dimensiones no resultan independientes. Por el contrario, se retroalimentan para la mejora continua en la investigación, la formación y la vinculación tecnológica, funciones esenciales de la Universidad.